La llamada Responsabilidad Social Corporativa, en terminología más anglosajona, o Responsabilidad Social de las Empresas (RSE), en expresión acuñada en Europa, se ha expandido con gran rapidez en nuestro país. Hasta el punto de que el nuestro es uno de los que cuenta con un número mayor de empresas afiliadas al Global Compact, el organismo de Naciones Unidas que asocia a las empresas con intenciones responsables. La RSE se ha convertido en una nueva fuente de negocio para consultores, difusores y centros de formación. En el mejor de los casos, la responsabilidad social de las empresas consiste en realizar actividades voluntarias más allá de las obligaciones legales y convencionales a las que están sometidas, sin causar perjuicio alguno. En el peor, en la compaginación de actividades filantrópicas o de estrategias de negocio tendentes a mejorar su imagen con otras de clara connotación económica, social o ecológica poco edificantes. Este fenómeno no surge como consecuencia de una repenti...