La riqueza mundial se concentra cada vez más en manos de una pequeña élite. Esta élite rica ha creado y mantenido su vasta fortuna gracias a las actividades que desarrollan para defender sus intereses en un puñado de sectores económicos importantes, como el financiero y el farmacéutico y de atención sanitaria. Las empresas de estos sectores destinan millones de dólares cada año a actividades de lobby dirigidas a favorecer un entorno normativo que proteja y fortalezca aún más sus intereses. La mayoría de las actividades de lobby que se llevan a cabo en Estados Unidos trata de influir sobre cuestiones presupuestarias y fiscales, es decir, sobre recursos públicos que deberían orientarse a beneficiar al conjunto de la ciudadanía, en lugar de reflejar los intereses de los poderosos lobistas. — Informe Oxfam, enero de 2015 Un reciente Informe de Oxfam, “ Riqueza: tenerlo todo y querer más”, re...