Las 80 personas más ricas del mundo acaparan tanta riqueza como el 50% de la población mundial más pobre
La riqueza mundial se concentra cada vez más en manos de una pequeña élite.
Esta élite rica ha creado y mantenido su vasta fortuna gracias a las actividades que desarrollan para defender sus intereses en un puñado de sectores económicos importantes, como el financiero y el farmacéutico y de atención sanitaria.
Las empresas de estos sectores destinan millones de dólares cada año a actividades de lobby dirigidas a favorecer un entorno normativo que proteja y fortalezca aún más sus intereses. La mayoría de las actividades de lobby que se llevan a cabo en Estados Unidos trata de influir sobre cuestiones presupuestarias y fiscales, es decir, sobre recursos públicos que deberían orientarse a beneficiar al conjunto de la ciudadanía, en lugar de reflejar los intereses de los poderosos lobistas.
— Informe Oxfam, enero de 2015
Un reciente Informe de Oxfam, “Riqueza: tenerlo todo y querer más”, recoge alarmantes cifras de las que la prensa apenas se ha hecho eco. También hablamos en este artículo sobre la fiabilidad de los datos y de las fuentes de donde se recoge la información. Y por otro lado, del debate político actualmente en curso en Estados Unidos sobre la igualdad y desigualdad, debate que se ha abierto en la campaña a las Elecciones Presidenciales de 2016.
Primeros datos:
1.- Los 80 individuos más ricos del mundo poseen tanto como la mitad más pobre de la humanidad.
2.- Durante el período 2009-2014, la riqueza acaparada por las 80 personas más ricas aumentó el doble, mientras que disminuyó ligeramente en el 50% de la población más pobre.
Las fuentes de estos datos:
Estos datos de obtienen de la revista Forbes, en relación a las personas más ricas del mundo, y de Credit Suisse Global Wealth Databook de 2014, en relación con la distribución mundial de la riqueza.
La fuente de las 80 personas más ricas del mundo:
La lista Forbes es una de las los dos listas, la otra es la de Bloomberg. En general, ambas listas suelen ofrecer datos similares, pero en ocasiones existen grandes discrepancias. Por ejemplo, el 8 de mayo de 2015, Forbes decía que el sueco Ingvar Kamprad, dueño de Ikea, ocupaba el puesto 8, con 43,1 mil millones de dólares. Sin embargo, Blomberg le relegaba al puesto 497, con 3,5 mil millones de dólares.
La revista Newsweek publicaba el pasado 2 de marzo un artículo titulado “¿Por qué Putin no está en la lista de multimillonarios de Forbes?, e informaba de que “Forbes excluye a los miembros de las familias reales y a los dictadores que obtienen sus fortunas aprovechándose de su posición de poder”.
Cuando preguntaron acerca de Putin, un portavoz de Forbes dijo a Newsweek: “Vladimir Putin no está en la lista porque no hemos podido verificar la propiedad de unos activos financieros valorados en mil millones de dólares o más”, y explicaban la metodología utilizada. El portavoz ( y Redactor Jefe Adjunto) Dolan no comentó directamente si la revista considera a Putin un dictador, y que por esta razón no aparecía en la lista de personas más ricas. “Los miembros de la realeza y los dictadores no aparecen en la lista”. Dolan también dijo que la revista trata de obtener la cooperación de las empresas que realizar este tipo de listados, pero que “algunas cooperan y otras no”.
Forbes dice que “No incluimos a los miembros de las familias reales y a los dictadores porque obtienen sus riquezas como consecuencia de su posición de poder, ni a la realeza, que generalmente se trata de familias numerosas, que reciben unos bienes en virtud de un contrato con la nación para que administren esos bienes. Esto significa que las ricas familias reales de los Emiratos Árabes Unidos, de Arabia Saudí y otros países del Golfo no forman parte del ranking mundial de riqueza. (Estos monarcas, como Khalifa bin Zayed Al Nahyan, y el rey saudí Abdullah bin Abdul Aziz Al Saud, estarían entre las personas más ricas del mundo)”. [Forbes informaba en 2013 que el patrimonio de la Familia real española rondaría los 1790 millones de euros]
El ranking de Forbes es poco fiable, y metodológicamente bastante opaco. Al dejar a la realeza fuera de la lista, excluye automáticamente a la realeza de Inglaterra, de Arabia Saudí y otros países, que bien podrían ser las personas más ricas de su país, o incluso las personas más ricas del mundo. Pero incluso puede haber personas aún mucho más ricas por encima de la lista de las 80 personas de la lista de Forbes. Incluso la lista de las 80 personas más ricas podría ser una lista completamente diferente, y es posible que esos 80 individuos tengas más que el 50% más pobre de la humanidad. Lo que es seguro es que al menos tienen tanto como ese 50% más pobre.
Puesto
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Casa Real
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Posición 2002
|
Posición 2000
|
2002 (millones de euros)
|
2000 (millones de euros)
|
1
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Hans-Adam II
|
38
|
33
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4.950
|
4.740
|
2
|
Beatriz de Holanda
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48
|
52
|
4.180
|
3.485
|
3
|
Gran Duque Jean
|
54
|
53
|
3.780
|
3.480
|
4
|
Isabel II de Inglaterra
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76
|
60
|
2.850
|
3.110
|
5
|
Alberto II de Bélgica
|
100
|
97
|
2.160
|
2.070
|
6
|
Juan Carlos I
|
134
|
115
|
1.790
|
1.681
|
7
|
Rainiero III de Mónaco
|
259
|
196
|
920
|
880
|
8
|
Carlos de Inglaterra
|
281
|
137
|
820
|
895
|
9
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Carlos Gustavo XVI de Suecia
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314
|
233
|
730
|
692
|
10
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Henri de Luxemburgo
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381
|
280
|
555
|
585
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La riqueza en la Realeza europea. Fuente: EuroBusiness
La fuente de la distribución mundial de la riqueza:
La fuente que se utiliza para calcular la distribución de la riqueza en el mundo y país por país es Credit Suisse, que es considerado como la fuente más completa que existe sobre este tema. Su equipo de investigación fue seleccionado por Anthony Shorrocks, que encabezó la lista del Instituto Mundial para la Investigación del Desarrollo Económico de las Naciones Unidas, principal Instituto de investigación sobre la distribución mundial de la riqueza.
Sin embargo, los datos de que se disponen excluirían a muchos que podrían aparecer en la parte superior en ese ranking de riqueza. Por ejemplo, desde Arabia Saudí y otros miembros de la realeza, así como dictadores, habrían desaparecido para el cálculo de la distribución de la riqueza en muchos países árabes y otros países totalitarios, así como en países con Monarquías Constitucionales, caso de Noruega, Países Bajos, Reino Unido, Marruecos y Jordania. Así que muchos de los datos se basan en conjeturas. En consecuencia, la desigualdad mundial se subestima de manera sistemática, incluso si se recurre a las mejores fuentes disponibles. Sin embargo, aún así, la desigualdad mundial ofrece cifras asombrosas.
El Credit Suisse Global Wealth Databook 2014 presenta en la página 98 una pirámide de la riqueza mundial, mostrando que el 0,7% más rico del mundo (35 millones de individuos) tienen 115.900 mil millones de dólares, mientras que el 99,3% más pobre de la humanidad (4.665 millones de personas) dispondrían de 147.300 mil millones de dólares. También muestra que el 8,6% más rico del mundo tendría 224,5 billones de dólares, mientras que el 91,4% más pobre sólo tendría 38,7 billones de dólares. Es decir, el 8.6% más rico tiene 5,8 veces la cantidad del 91,4% más pobre).
La transferencia de riqueza hacia los más ricos sólo puede suceder si la reciben de los más pobres. El porcentaje de riqueza que existe entre los más pobres, el 91,4 %, representa sólo el 17% de la riqueza mundial, lo que es muy poco. Y si todo esto fuese a parar al 8,6% más rico, sus riquezas pasarían de 224,5 billones de dólares a 263,2 billones de dólares, un aumento del 17%. Sin embargo, la realidad nos muestra que desde 2009 hasta ahora, la riqueza de los 80 individuos más ricos se ha duplicado, así que un aumento del 17% sería mucho menor que a lo que los 80 más ricos están acostumbrados, especialmente en un período de tiempo de varios años. Esas 80 personas se sentirían estafadas.
Esta es la razón por la que los 80 individuos más ricos estarían recibiendo ese mayor incremento de ese 8,6% más rico. Otros importantes centros financieros, como Wall Street, quizá sean la mejor forma de lograrlo.
El Credit Suisse Global Wealth Databook 2014 presenta en la página 124 la clasificación de países según la mayor o menor desigualdad, y se aplica a este fin una metodología que reduce al mínimo las distorsiones que ya hemos mencionado. Esta es la lista resultante:
Como se puede observar, Estados Unidos aparece en la categoría de mayor desigualdad. No existe una respuesta razonable que explique por qué aquí la desigualdad es mayor que la mayoría de los países del mundo.
El Presidente estadounidense, Barack Obama, y sus asesores económicos tratan de sortear estos datos diciendo que lo que se necesita en Estados Unidos no es disminuir la desigualdad, sino la de aumentar las oportunidades económicas, como si una cosa y otra no estuvieran relacionadas. Es imposible aumentar la igualdad de oportunidades económicas si no se aumenta la igualdad económica. Los políticos estadounidenses mienten, tanto Republicanos como Demócratas, porque están financiados por los superricos. La única diferencia entre ambos es que los Republicanos mienten al decir que la desigualdad económica en Estados Unidos es aceptable y que el Gobierno la puede reducir aumentando la igualdad de oportunidades económicas, algo que presupone lo que pretende ser la conclusión. Pero lo cierto es que el Gobierno no tiene ningún papel constructivo que desempeñar en este asunto. Es todo un engaño. Pero la gente de Estados Unidos se da cuenta de esto, aunque sólo sea de forma vaga. Sienten que hay un problema real, pero no saben que el enfoque del Partido Demócrata al problema, desde que Bill Clinton se convirtió en Presidente en 1993, es falso y de sumisión a los superricos.
El debate político en Estados Unidos:
El pasado 4 de mayo, Gallup titulaba “Los estadounidenses siguen diciendo que la distribución de la riqueza en Estados Unidos es injusta”, e informaba en respuesta a la pregunta ¿Cree usted que la distribución del dinero y la riqueza en este país es justa?, que el 63% decía que no, cuando en 1985 era el 60% los que contestaban no a esta pregunta. El porcentaje más alto se registró en 2008, con un 68%, y el más bajo del 58%, junto inmediatamente después de la crisis. Por un 56% frente a un 34%, los Republicanos dicen que la distribución de la riqueza es justa; entre los Demócratas, un 86% frente a un 12% dicen que no lo es; y entre la población en general, un 63% dice que la distribución es justa y el 31% que no lo es. Es decir, existe un margen de 2 a 1. Cuanto más pobre es una persona, según el estudio de Gallup, más probable es que diga que es injusta. Sin embargo, entre los republicanos, independientemente de su riqueza, piensan que es justa. Prácticamente todos los Republicanos están de acuerdo con los ricos en la equidad en la distribución de la riqueza, y prácticamente todos los que no son Republicanos no están de acuerdo con esto. (El único problema para los no Republicanos es cómo resolverlo).
El único candidato presidencial de Estados Unidos que habla sobre este tema con una cierta claridad, y dice que la distribución es muy injusta ( y que según la encuesta de Gallup es la norma) es Bernie Sanders, que se presenta por el Partido Demócrata. A diferencia de Obama y Clinton, reconoce que es un problema de fondo y que decir que el problema es la desigualdad en las oportunidades económicas es mentir. El resto de candidatos obtienen sus fondos de ese 1% de estadounidense que controlan la riqueza, y que son las mismas personas que probablemente digan que la distribución de la riqueza es justa, las personas dueñas de casi todo, aquellas que tienen más que perder. El senador Sanders obtiene sus fondos de las que poseen muy poco, llevando a cabo una campaña de base, lo que podría derrotar a sus contrincantes mejor financiados. Lo de contrario no tendría ningún opción de ganar.
A esta situación es a lo que se llama Democracia en Estados Unidos, pero también en otros países. El único estudio científico que se ha hecho sobre esta cuestión, de si Estados Unidos es una Democracia o no, ha concluido en que no lo es. Para hacerla tal, haría falta un cambio muy profundo. Sin embargo, los más ricos tienen que convencer a la opinión pública de que sí que lo es, pues de lo contrario no se seguirían aceptando las reglas de estos, los individuos que financian a los partidos políticos y se benefician de la actual dictadura. Eso haría votar a la gente en contra de cualquier candidato que recibiese apoyo de los más ricos, que es el caso de casi todos los candidatos. El único camino posible para superar la posible tendencia de la gente a votar en contra de los intereses de los ricos es distrayendo al público de estas cuestiones, mediante otros pasatiempos.
Es de esperar, como siempre, que en la campaña electoral de 2016, los candidatos mejor financiados tengan más publicad, engañen y distraigan sobre los problemas reales, en lugar de informar a la gente. Una contienda que se mueve entre mentiras, mentiras bien financiadas y verdades poco apoyadas. El día de las elecciones las verdades habrán sido ahogadas, y seguiremos en la misma situación de control social.
Las elecciones de 2016 tienen una importancia histórica: si aquellos que solicitan Democracia no obtienen apoyo, entonces las posibilidades de hacer algo en el futuro serán menores ( ya que la actual tendencia es la de un aumento de la Dictadura de los multimillonarios). Las elecciones de 2016 es una lucha a vida o muerte por la Democracia. Si los más desfavorecidos apoyan la candidatura de los Demócratas y Sanders gana en las elecciones, entonces habría alguna oportunidad de reducir esa desigualdad económica y podrían aumentarse las oportunidades económicas. De no ser así, se avecina un futuro sombrío, por muy bien que viva el 0,1% de la población.
Estados Unidos tiene un gran problema, y si este problema se sigue ignorando en las elecciones de 2016, como se ha hecho desde que Ronald Reagan las ganó en 1980, nos veremos envueltos en una espiral catastrófica.
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Eric Zuesse es historiador y recientemente ha publicado They’re Not Even Close: The Democratic vs. Republican Economic Records, 1910-2010 y The Christ’s Ventriloquists: The Event that Created Christianity
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Fuente:
Traducción : Noticias de abajo
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