Una historia de Experiensense.
Cuánto daño ha hecho el traductor automático de Google. Hoy en día, cualquier tuercebotas se cree capaz de pasar al español una frase del inglés, o del sueco al suahili, o viceversa. Pero ojo con la traducción automática, que suele caer en la literalidad más rampante: donde en inglés dice “Please, turn off showers when you are done” alguien poco informado de la lengua de Cervantes puede interpretar un incongruente “Por favor, vuelta lejos chaparrones cuando usted es hecho”, como puede observarse en una piscina pública de Los Ángeles.
A continuación, una selección de carteles, etiquetas y avisos desopilantes para los que la frase “una patada al diccionario” (“a kick to the dictionary”) se queda muy corta:
“No subir sobre estatuto”
Más que una prohibición de índole cívica, esta extraña versión de “estatua” podría pasar por una admonición de tipo político en Cataluña.
Hubiera bastado con un “No subirse en la estatua”.
“Final de guardado área de nadada”
Traducción propia de un disléxico del mucho más inteligible “End of guarded swim area”.
Hubiera bastado con “Fin de zona vigilada por socorristas”.
“Por favor, vuelta lejos chaparrones cuando usted es hecho”
¿Qué trata de decir este cartel a los hispanohablantes con ese enigmático “lejos de los chaparrones”? Se supone que estamos en la piscina, ¿no?
El error se debe a un “falso amigo”, que podría solventarse con un “Por favor, cierre el grifo cuando hayas terminado de ducharte”.
“Deshágase por favor de su goma en la basura puede”
La goma se refiere en realidad al chicle, aunque lo que clama al cielo en este cartel es la obtusa traducción de “trash can”, el cubo de la basura, como “basura puede”.
“Por favor, arroje el chicle en la papelera” hubiese sido bastante acertado.
“Huelga”
Suponemos que quería decir “hola”, pero a esta cafetería de San Francisco le salió un beligerante “huelga” por la culata.
“No necesita un carro arriva”
La dirección de este Ikea de Gran Bretaña no sólo tiró de traductor automático sino que incluso se permitió subvertir la ortografía y usar la “be baja”, que diría un argentino.
“No necesitas un carrito, puedes utilizar una bolsa amarilla” hace las veces a la perfección.
“En construcción nos complace advertimos”
Este es bastante inexplicable. ¿En qué momento “Please use caution” se convirtió en “Nos complace advertimos”? Un sinsentido.
Hubiese valido “En construcción. Tenga cuidado”.
“Violadores serán multados”
Otro “false friend” inverso para no olvidar: los violadores (violators) en inglés no son tan atroces como los de aquí, principalmente porque no son más que pobres infractores.
“Prohibido aparcar en el carril de emergencia. Los infractores serán multados…”
“Ninguana natación”
Simpático lapsus que mezcla “ninguna” con “iguana” para parir ese singular “ninguana” de inéditas connotaciones.
“Prohibido nadar” basta y se sobra.
“El cuarto de cambiar”
Caliente, caliente, pero no: el “Fitting Room” de allá es nuestro “Probador”. Fin de la discusión.
“La cancha de tenis gobierna”
Todo el letrero es un enorme dislate pero nos quedamos con el distópico título, que nos remite a un gobierno mundial dominado por una cancha de tenis en Otawa. La culpa la tiene ese “rules” de doble (y triple) acepción.
“Reglas de la pista de tenis” sería una opción apropiada.
“El ningún fumar”
Disparatada traducción del universal “No Smoking” que, sin embargo, podría servir como eslogan del prohibicionismo: “El ningún fumar”. Mola.
“No fumar” sirve, aunque con la señal del cigarrillo basta y sobra.
“La puerta para quedarse cerró siempre”
En este caso el dislate en la traducción cobra un inesperado cariz poético, que remite a amores imposibles e infancias que nunca volverán.
También hubiera valido “La puerta debe permanecer cerrada en todo momento”.
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