Muchas veces escuchamos que el nivel de vida de la población de países como Brasil, China o Indonesia está aumentando, y que cada vez son más las personas que, en este tipo de países, pasan a formar parte de la clase media. Pero, ¿qué quiere decir que el nivel de vida aumenta?
El nivel de vida se refiere a la posibilidad de las personas de obtener bienes y servicios en mayor cantidad. Así, una persona que tiene a su alcance ropa, coches, información, películas de cine, parques de atracciones, bicicletas, más ropa… etc, puede decirse que tiene un nivel de vida alto. Para obtener todas estas cosas sólo se precisa una cosa: tener dinero.
Podemos relacionar el nivel de vida con el nivel de renta. A mayor renta, mayor nivel de vida. Porque, cuanto más dinero se tenga, mayores son las posibilidades en esta vida.
En el mundo en el que vivimos, globalizado y comercializado, las personas pueden consumir todos los productos que quieran. Quien más pueda consumir, mayor nivel de vida tendrá.
Sabiendo estos conceptos básicos, podemos preguntarnos: ¿en qué lugar se vive mejor, en Yakarta, ciudad emergente y llena de posibilidades, o en un pueblo de la isla de Java, en el mismo país? La ciudad nos ofrece un espacio global y que pone a nuestro alcance todo tipo de bienes y servicios. El pueblo, por su parte, nos limita a obtener únicamente aquellos bienes que sean necesarios para desarrollar la vida, y muy pocos productos alternativos para el consumo o el disfrute.
Otro concepto: calidad de vida
Por otro lado, nos encontramos con el término calidad de vida. ¿No es lo mismo que lo anterior? Si el nivel de vida indica cómo viven las personas, se supone que a mayor nivel de vida, mejor vida, ¿no?
La calidad de vida se refiere a la presencia en la vida de una persona de aquellos elementos que favorecen el bienestar social, es decir, que fomenten la satisfacción y la tranquilidad individual o colectiva. En el mundo de hoy en día, uno de los elementos que favorecen la satisfacción personal es el hecho de consumir. Comprando cosas somos más felices. Pero también fomentan el bienestar otro tipo de actividades menos materialistas y más simples, como pasear, viajar, charlar, reír o tumbarse en la hierba. Pueden parecer actividades estúpidas o irrelevantes en el tipo de sociedad actual, en la que hay que vivir muy rápido y hacer muchas cosas que sean rentables, competitivas y mejores que las del vecino.
Hablar del término calidad de vida es hacer una valoración subjetiva de un concepto muy abstracto. Puede haber quien piense que hay mayor calidad de vida en una ciudad de 15 millones de habitantes y en la que existe la posibilidad de comprar todo tipo de productos y ponerse en contacto con los mercados globales y los flujos de información internacionales. De la misma forma, puede haber gente que encuentre una mayor calidad de vida en un pueblo en la montaña, apartado de la globalización y el desarrollo económico.
Todo se entiende mejor con un ejemplo
En el siguiente póster vamos a acercarnos a una de las zonas más emergentes del mundo, el Delta del río Ganges. En esta región, ciudades como Dacca o Calcuta lideran el crecimiento económico, y sus ciudadanos disfrutan de un nivel de vida que aumenta cada año.
Unos kilómetros al norte, en las montañas, se encuentra el desconocido país de Buthán, cuya capital, Timbú, no es famosa por sus rascacielos, por sus elevadas tasas de desarrollo ni por su producción industrial. Tampoco es un centro financiero y de negocios importante en el escenario mundial. Es más, se podría decir que Timbú ni siquiera forma parte de ese escenario mundial. No es relevante en un mundo globalizado.
En cambio, los habitantes de Buthán disfrutan de una buena calidad de vida. Su existencia entre las montañas les mantiene alejados del bullicio que sigue a los ríos Ganges y Bramahputra. Ellos no se han preocupado por la macroeconomía ni por los negocios y se mantienen tranquilamente en su valle, junto a su riachuelo. La renta per cápita es de unos 1300 dólares, y la mayoría de las personas viven de la agricultura.
Definitivamente Buthán no es un país muy desarrollado, ni moderno, ni con niveles de vida deseables en este S.XXI. Pero, debemos repetirnos la pregunta, ¿dónde preferiríais vivir, en la emergente Dacca o en el tranquilo Timbú?
Publicado por Javier Pérez ventura
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