¡Vaya, otro que escribe para criticar la tasa de basuras de Gallardón! pensará seguramente Usted. La verdad, sí y no. Me explico: ciertamente la tasa aplicada por el Ayuntamiento de Madrid con el pretexto de la gestión de las basuras del municipio, pero que realmente pretende recaudar únicamente dinero para cubrir las exhaustas y endeudadas arcas del municipio (el más endeudado de España por otra parte con más de 7.000 millones de euros de deuda él solito) es criticable, muy criticable y sobre todo muy criticada entre los madrileños que ven como tendrán que pagar incluso por la supuesta basura generada en sus cuartos trasteros y plazas de aparcamiento (cierto).
Pero trataré de, al hilo de la tasa de basuras, avanzar sobre lo que en realidad debe ser tasas ambientales, ecotasas o simplemente fiscalidad ambiental frente a pretextos recaudatorios con nombres aparentemente sensatos. Porque debe saber amigo lector que me declaro un firme defensor de la fiscalidad ambiental y por consiguiente, un claro discrepante con la tasa de basuras del Ayuntamiento de Madrid, porque no solo es un juego de palabras, ¡ es que, además, es una basura de tasa!. Me explico.
En fiscalidad hay de todo, pero si hablamos con rigor, desde mi perspectiva, una tasa ambiental o ecotasa debe cumplir cuatro criterios: debe ser justa, no debe elevar la presión fiscal, tiene que tener un objetivo (bajar la emisiones de CO2, p.ej.) y debe tener un destino finalista.
Pero trataré de, al hilo de la tasa de basuras, avanzar sobre lo que en realidad debe ser tasas ambientales, ecotasas o simplemente fiscalidad ambiental frente a pretextos recaudatorios con nombres aparentemente sensatos. Porque debe saber amigo lector que me declaro un firme defensor de la fiscalidad ambiental y por consiguiente, un claro discrepante con la tasa de basuras del Ayuntamiento de Madrid, porque no solo es un juego de palabras, ¡ es que, además, es una basura de tasa!. Me explico.
En fiscalidad hay de todo, pero si hablamos con rigor, desde mi perspectiva, una tasa ambiental o ecotasa debe cumplir cuatro criterios: debe ser justa, no debe elevar la presión fiscal, tiene que tener un objetivo (bajar la emisiones de CO2, p.ej.) y debe tener un destino finalista.
Profundicemos:
UNA ECOTASA DEBE SER JUSTA: es decir, no debe provocar situaciones de clara injusticia. No puede admitirse que pague quien no causa el perjuicio o se beneficie quien no hace nada. Nadie entendería que se aplique una tasa por emisiones de CO2 a vehículos y se incluya a una viejecita en silla de ruedas, por poner un ejemplo. Debe tener un claro principio de justicia, esto es de rigor y equidad. El “basurazo” de Madrid se aplica en función de los metros cuadrados de la vivienda, trastero o garaje, independientemente de quienes vivan en el piso y de su actitud frente a la basura, en este caso. Así, se pagará igual por ejemplo en un piso “patera” con 20 personas que coman pizza y refrescos y lo tiren todo sin separar que en el piso de abajo donde viva una sola persona que tenga una correcta actitud de separación de residuos, reducción de los mismos, compra responsable y reutilización. No parece muy justo. Primer incumplimiento.
UNA ECOTASA NO DEBE ELEVAR LA PRESIÓN FISCAL: es decir, no debe tener un sentido recaudatorio, sino que como tiene un objetivo ambiental o cívico debe reducir la presión fiscal para lograr el objetivo. Por ejemplo, en Europa Suecia, Finlandia y Dinamarca aplican tasas que penalizan las emisiones de gases que afectan al cambio climático, contaminación atmosférica (todo un mundo por aplicar en la ciudad de Madrid) y al efecto invernadero, pero al tiempo reducen los impuestos a las rentas del trabajo. Así, una empresa que contamina paga, la que evita paga menos y puede, al tiempo, crear empleo al cruzarse con una bajada en estas rentas. Es bueno para todos, es justo y apoya a quien lo hace bien. El “basurazo” de Madrid se aplica únicamente como subida impositiva sobre un servicio que ya estaba incluido en el IBI, con lo cual se paga doblemente, y no reduce ninguna otra tasa o impuesto. Segundo incumplimiento.
UNA ECOTASA DEBE TENER UN OBJETIVO: en realidad, todo en la vida debería tener un objetivo. Se trata casi de una cuestión semántica. Una tasa de basuras se dirige a cobrar por el servicio que se presta y punto. Una tasa “sobre” las basuras debería tener como objetivo reducir la producción de basuras, aumentar la separación, aumentar las cantidades y calidad destinada al reciclaje y otros muchos similares. Si no es una tasa recaudatoria, la Madrid lo es y mucho, tendría que tener una finalidad. Pagar el servicio no vale dado que ya está incluida en el IBI. Al no tener objetivo la tasa de Madrid puede tener el nombre que quiera: tasa por respirar, por andar, por ser gatos,… todas valen para lo mismo RECAUDAR (no quisiera dar ideas a Gallardón o a su Concejala de Medio Ambiente(¿) Ana Botella). Tercer incumplimiento.
UNA ECOTASA DEBE TENER UN DESTINO FINALISTA: esto ya es lo más moderno en materia de fiscalidad ambiental. Lo recaudado debe dirigirse a paliar los efectos negativos del objeto en cuestión, destinarse a los medios de tratamiento, a educación ambiental a ayudas a alas empresas, etc,. Debe dirigirse al asunto. En Francia, su gobierno aprobó para el año que viene un conjunto de tasas que cargarán 17 euros por tonelada de CO2 producida en carbón, petróleo y gas y esos 9.000 millones de euros se repartirán entre los contribuyentes en reducciones fiscales por acciones positivas hacia el medio ambiente. No solo no aumentará la presión fiscal sino que redistribuirá los recursos logrados. En el caso de Madrid, debería dirigirse lo recaudado (qué será mucho) a la mejora en el tratamiento de las basuras, a políticas activas de reducción, a nuevos sistemas de recogida menos contaminantes, por ejemplo y nunca, nunca a cubrir el enorme déficit provocado por la obra “Gallardónica” de cubrir la M-30 (seguro que Madrid no tenía otras prioridades, los madrileños si las tenían y las tienen). Cuarto incumplimiento.
Quizás el debate sobre la tasa de basuras de Madrid, la crisis económica y la más importante para el planeta: la crisis ambiental nos sirva para aplicar políticas fiscales positivas, entender que no puede ser lo mismo bienestar que derroche y que existen formas modernas, eficaces, rigurosas y justas de avanzar, desarrollarnos y ser más felices, objetivo este último de cualquier ser vivo, incluidos nosotros los políticos. Gracias amigo lector
Por: Miguel Aguado Arnáez
Una precisión al asunto presión fiscal: el resultado de una ecotasa bien planteada es variable a lo largo del tiempo, porque depende del comportamiento de los agentes. Si bien a corto plazo puede suponer incremento de la presión fiscal, dado que predomina un cierto comportamiento que es el que se grava, a la larga los contribuyentes lo cambian y por tanto la presión se reduce.
ResponderEliminarMuy acertada la precisión y creo que muy adecuada. Lo lógico sería pensar que una ecotasa tiene un escenario temporal, dado que tiene un objetivo y, al tiempo, modificaría el posible incremento con un decremento hacia el final en función de cumplir su objetivo y ser efectiva.
ResponderEliminarGracias,
Miguel Aguado
Muy bueno...
ResponderEliminarAdemás hay que recordar que los ingresos por una Tasa nunca pueden ser mayores que los gastos producidos por la prestación de ese servicio, y parece que los números le bailan al Sr. Gallardón...
Alberto, lo que planteas es lógico. La realidad muchas veces es contraria a la lógica. de ser el coste mayor por la aplicación del servicio que lo recaudado, parecería sensato destinar el dinero dirigido a la recuadación al objeto final. De cualquier forma, creo que en el caso de Madrid lo recaudable es tanto que "seguro que le salen las cuentas a Gallardón", a nosotros los ciudadanos seguro que no. Gracias y felices fiestas. Miguel Aguado
ResponderEliminarYa es hora de que la izquierda reenfoque la fiscalidad ambiental, y en general la política ambiental. Tener conciencia ecológica no le puede costar dinero al ciudadano. Y debe ser el PSOE el que enarbole el mensaje de que lo sostenible es más barato, no más caro. En lugar de subir los impuestos con la excusa ambiental, bajarlos a quienes defiendan (o agredan menos) su medio ambiente.
ResponderEliminarYo estoy convencido de ello. Pero igualmente creo en una fiscalidad en general adecuada que redistribuya bien entre todos. Porque además necesitamos tener la mejor sanidad, la mejor educación, niveles de seguridad adecuados, protección a los más desfavorecidos y a los dependientes,.... tantas cosas.
ResponderEliminargracias,
Miguel Aguado