Hoy quiero presentarte, si no lo conoces ya, a una persona que me parece muy interesante. Se trata del economista Gunter Pauli. Un economista que considera y trata de mostrar, a través de su Fundación Zeri, que la economía y los cambios en la sociedad deben inspirarse en la naturaleza para avanzar hacia una economía verdaderamente sostenible. Ahora que la crisis amenaza todo y muchos dicen que no se puede "gastar" más para reducir las emisiones de CO2 o para incorporar nuevas energías limpìas; Gunter habla de "ahorrar" o de ser eficientes como la naturaleza.
Te adjunto el artículo sobre Gunter Pauli publicado en Expansión y un enlace al final con la magnífica entrevista que Beatriz Calvo le realiza en la revista AGENDA VIVA de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (está repartida en varias páginas y debes ir avanzando en la propia página).
Hace ya más de veinte años, el Gobierno de Japón, en vísperas de la celebración del Protocolo de Kioto, se apoyó en Gunter Pauli para que le mostrase proyectos viables que permitan reducir las emisiones contaminantes, fin último del acuerdo internacional firmado en 1997 y que concluye en 2012.
Desde entonces, el empresario, considerado un gurú de las nuevas tecnologías aplicadas al medio ambiente, ha centrado sus esfuerzos en la promoción de proyectos que, “inspirados en la naturaleza”, permiten avanzar hacia una economía verdaderamente sostenible.
Hace cuatro años, la Fundación Zeri (Zero Emissions Research and Initatives) realizó un inventario con todos los proyectos innovadores, que van desde la captación de agua en tejados, hasta la producción de algas, “basados en un negocio cíclico que genera múltiples flujos de caja”, asegura Pauli, director de Zeri.
Negocio
La actual crisis obliga a encontrar un modelo económico que permita evolucionar en materia de sostenibilidad hacia otro capaz de producir múltiples ingresos que reduzcan los riesgos y que no requiera mayor inversión. “No son necesarias construcciones costosas para ahorrar energía. Ya existen proyectos que demuestran que el triángulo entre sostenibilidad, empleo e innovación funciona”.
En las centrales hidroeléctricas, se pueden producir algas para generar biocombustible, el proceso de fabricación de cerveza genera abono, la seda de los gusanos puede sustituir el titanio y ninguno de estos proyectos requiere una gran inversión. “El mayor obstáculo para luchar contra el cambio climático no es el Gobierno o la ciencia, sino el modelo económico actual que obliga al empresario a centrarse en un solo negocio. Los Estados tienen que reducir las barreras del mercado y facilitar la entrada de nuevas tecnologías”, señala Pauli.
La política llevada a cabo en relación con el cambio climático ha impuesto la sostenibilidad a la inversa, es decir, obligando a gastar más. “Ahora, no hay dinero y, por lo tanto, el sistema actual no funciona. Hay que apostar por un modelo que suponga invertir menos (aprovechando las actuales instalaciones) y que genere más beneficios”.
Bonos de carbono
El director de Zeri reconoce que “los bonos de carbono han permitido el arranque de nuevos proyectos”. Sin embargo, los trámites burocráticos para conseguir estos derechos a emitir dióxido de carbono (CO2) son muy complicados y “deberían simplificarse para que sean más eficaces”. Por ejemplo, la regeneración de un bosque tropical “no cuenta con los beneficios económicos de los bonos verdes”, apunta Pauli.
Ni siquiera el modelo que se está planteando para cuando finalice el Protocolo de Kioto se adapta a los nuevos tiempos. “Las fuentes energéticas limpias como las conocemos hoy día son cosa del siglo pasado. Hay que identificar soluciones para el siglo XXI. No podemos permitir que pasen otros cincuenta años en la implantación de los proyectos innovadores que existen hoy”.
Ahorro con la sabiduría de la naturaleza
Del escarabajo
A través del estudio de un coleóptero del desierto, en Zeri identificaron un método para la captación de agua mediante sistemas hidrofílicos e hidrófobos. Actualmente, se emplea en algunas viviendas de Londres, donde capturan agua de esta forma en los tejados.
De las algas
Estas plantas marinas se “reproducen” a través del C02. Las plantas eléctricas de carbón pueden aprovechar la generación de CO2 para la producción de algas, que, a su vez, generan micronutrientes, lípidos y biocombustibles a precios competitivos en el mercado.
Entrevista en AGENDA VIVA
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