Piensa ahora por qué motivo das esa respuesta, porque probablemente es debida a que has recibido una educación católica. Donde vivimos, el catolicismo se eleva a sí mismo como la única religión verdadera, incluso por encima de otros cristianismos, quienes en realidad adoran al mismo Dios. Pero si vivieras en cualquier país árabe, pensarías lo mismo del Islam.
El Alá del Islam en realidad es el mismo Dios de los judíos, y el enemigo del Islam son los politeísmos y el ateísmo.
Para un musulmán, cristianos y judíos son “protegidos” por ser también monoteístas, y Mahoma consentía su existencia siempre que por supuesto pagaran el correspondiente impuesto. No te engañes, el problema con Bin Laden no somos los cristianos, es que no hace caja con nosotros.
Y es que la primera broma que solemos hacer al devenir ateos es que “no creemos ni en el Dios de los cristianos, que es el único verdadero”.
El Dalai Lama, quien acaba de cumplir 75 años, tiene otra teoría. Para él hay una “unidad” entre todas las religiones. Su idea es que en el fondo todas ellas predican el mismo mensaje de amor, tolerancia y compasión. Historiadores de la religión como Karen Armstrong o Huston Smith se demuestran de acuerdo; entre las principales religiones hay más parecidos que diferencias.
Hay que prestar atención a los argumentos. Para Cal Thomas en efecto todas las religiones son un intento de ganarse el favor de Dios a través del esfuerzo personal. Para él, sin embargo, resulta única la aportación de Jesús de Nazareth, en forma de intento por reconciliar a un hombre en pecado con su Dios bondadoso. Un argumento escurridizo, dado que el Dios del antiguo testamento no era en general buen socio; sanguinario, celoso, machista, arbitrario. En todo caso es Dios el que habría necesitado la colaboración de Jesús para cambiar esa imagen ante un hombre que en realidad no suele pecar más allá de lo que las circunstancias le obligan.
Robert Thurman es algo más agresivo. Para él la teoría de que todas las religiones son iguales no es cierta y además es irrespetuosa dado que atenta contra la variedad de las religiones, no respeta las elecciones religiosas de los demás, y es peligrosa porque nos devuelve a los tiempos del fanatismo religioso y a la intolerancia de las cruzadas. Me temo que para estar de acuerdo hay que aceptar que alguna vez salimos de esos tiempos de fanatismo religioso. Es lo mismo que afirma Susan Jacoby. Si todas las religiones fuesen iguales, es improbable que la religión hubiese sido la fuente de conflictos que lleva siendo durante toda la historia de la humanidad.
Así pues, probablemente las religiones son distintas, simplemente porque son manifestaciones de culturas distintas. La sentencia del humanista Tom Flynn me parece acertada. Todas las religiones son creaciones humanas, y todas ellas están igualmente equivocadas. Es lo único que tienen en común, porque cada una de ellas es fuente de una abundante diversidad de conceptos, y eso es lo que las hace distintas.
Lo único que nos hace iguales a todos es nuestra capacidad para cometer errores. Es ahí donde merece la pena marcar la diferencia.
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Hay quien dice que somos lo que pensamos, o que somos lo que comemos, o lo que hacemos. Yo creo que no. Somos lo que hemos dejado de creer y hemos dejado de pensar. Somos lo que hemos construido de nosotros mismos después de que otros nos hayan adoctrinado y nos hayamos sobrepuesto.
ResponderEliminarMuchos no se sobreponen nunca a nada.
Ser ateo está bien, pero yo creo que ser ateo ex cristiano es todavía mejor.
Solo puedo aportarte que otros pensamos que lo que queda cuando nos han transmitido conocimientos o criterios, cuando lo hemos procesado y nos lo quedamos como propio lo solemos llamar: aprendizaje.
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