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Elyn Saks
"Se puede ser todo lo loco que se quiera con tal de
reconocerlo"
Elogio de la locura. Erasmo de Rotterdam
A lo largo de nuestra historia hemos tratado de forma especial a
todos aquellos que eran diferentes a nosotros. Si bien algunos se han
beneficiado en mayor o menor medida de nuestra empatía, otros han sufrido hasta
lo más profundo de sus entrañas el desprecio y el rechazo del que somos
capaces.
En nuestra sociedad actual (estemos en comunión o no con las ideas de Steven Pinker), hemos reducido
mucho la violencia, de algún modo el conocimiento nos ha hecho más empáticos. Por
eso me sorprende el gran desprecio que aún sufren muchos enfermos mentales, que
probablemente sean los pacientes peor comprendidos de nuestra sociedad. Quizás
se deba al hecho de que no hemos terminado de asumir que el dualismo cartesiano
está superado, y no comprendemos cómo pueden existir enfermedades de la mente.
Puede que también se deba al miedo, miedo al cambio, a perder la
identidad, algo que en el fondo es muy similar al miedo a morir.
Referirnos a alguien con profundo desprecio como un
"enfermo mental" es muy común, demasiado común. Referirnos con esa
desconsideración un enfermo de SIDA, de cáncer, o leishmaniasis, por el
hecho de estar afectados por una dolencia sería considerado como
una crueldad, (con algunas excepciones, que la religión nos recuerda de
vez en cuando). Incluso tratar con rechazo la enfermedad de Alzheimer, siendo
como es una enfermedad mental, se saldría de lo común.
¿Por qué ocurre esto? Pues probablemente por
desconocimiento y miedo. En el caso del Alzheimer, somos conscientes de
que (normalmente) afecta a personas de edad avanzada, de que no es contagioso,
y de que rara vez pueden ser peligroso para terceras personas. Estamos
acostumbrados a ello, y lo clasificamos fácilmente. Pero, ¿qué hay de otros
trastornos mentales?, de aquellos que no se identifican tan fácilmente, o
que no tiene una etiología tan fácil de detectar*.
Facing Mental Illness (http://msw.usc.edu/)
El caso de los esquizofrénicos acusados de cometer crímenes
resulta particularmente interesante, es un lugar común de confrontación entre
nuestra naturaleza como animales sociales, y nuestro conocimiento científico
actual. Como un error del pavo inglés, somos animales sociales
que buscan venganza/castigo (que solemos vestir de justicia), al tiempo que
somos conscientes (tal vez por primera vez) de que todos somos susceptibles de
cambiar, de que tocando el cerebro afectamos a la mente, y de que con el
trastorno adecuado, todos podemos ser asesinos potenciales. Es el clásico
problema del libre albedrío, en este caso enfrentado a nuestras reglas
sociales, como los animales que somos. Si en un juicio por asesinato vemos que
se plantea la posibilidad de que el imputado sea declarado enfermo mental, a la
sociedad general le arden las entrañas, en apariencia deseosos de tener hoces y
antorchas para hacer la "justicia" que los magistrados parecen no
querer practicar.
Por supuesto, no creo que sea correcto asociar directamente las
enfermedades mentales en general (o la esquizofrenia en particular), con los
crímenes. No al menos sin hacer un previo razonamiento que los enlace, porque
lo cierto es que las personas con enfermedades mentales graves suelen ser mucho
más peligrosas consigo mismas que con los demás. Al menos entre los enfermos de
clase social media o alta. Otro mundo es el de la pobreza, donde una enfermedad
mental puede suponer una gran tragedia social. Encuentro que en EEUU un 31% de
los llamados "sin hogar" tienen enfermedades mentales múltiples (me
pregunto cuántos no han sido diagnosticados, y me fijo en ese
"múltiples" para valorar la fracción).
Hay que recordar que actualmente la mayor parte de los crímenes
son cometidos por individuos clínicamente sanos (aunque quizás esto cambie con
el avance de la neurociencia).
También podríamos tratar de la difusa línea que separa a esa
supuesta "normalidad" del trastorno mental, normalidad que
probablemente no tenga nada que ver con la media poblacional. Existen puntos
intermedios beneficiosos, muchas personas se han beneficiado al estar en
esa posición, y nosotros de sus descubrimientos, inventos, relatos y
obras de arte.Ser normal es muy aburrido, pero en el otro extremo hay gente que
realmente lo pasa muy mal. Pero lo mejor es que os deje ya con el inspirador
discurso de Elyn Saks, psicóloga de la USC, y esquizofrénica. Ella sabe de este
tema mucho más que yo.
Aunque os quiero adelantar la conclusión; debemos cambiar
nuestra forma de ver a los enfermos mentales.
*La etiología de algunos trastornos mentales comienza a esclarecerse, ejemplos como la enfermedad de Lyme, causada por una espiroqueta transmitida por garrapatas, o la aparente relación entre la toxoplasmosis (causada por un protozoo Toxoplasma gondii) y la esquizofrenia, podrían ser solo la punta del iceberg.Os animo a que destruyáis algunos mitos leyendo y compartiendo este enlace (en inglés): "Time toChange".Imagen infografía completa, en la web de la USCLa entrada Elogio de la locura aparece primero en Naukas.
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