Publicado en DIARIO PROGRESISTA Cada vez somos más los que opinamos que el indicador PIB como elemento del nivel de un país no es un indicador válido. Las primeras referencias eran hasta no hace mucho el estado de Bután, un país que comenzó a valorar de forma seria y técnica el medir con otro indicador “El índice de felicidad”. Medir la evolución y progreso de su país con indicadores ligados, además de al desarrollo económico, con aspectos educativos, de salud, de sostenibilidad ambiental, de respeto y cuidado de los más débiles y un largo etcétera. Sonaba bien y además algo exótico ubicado en un pequeño país budista. Pareció más serio cuando el gobierno británico de Tony Blair, el cual hizo muchas cosas buenas aunque todas ellas tiradas por la borda con su participación a la guerra de Irak, comenzó a estudiar la incorporación de este tipo de criterios en la valoración de su país. Hoy muchos más estados lo están valorando, España entre ellos, e incluso la conservadora Unión Eu...