Publicado en DIARIO PROGRESISTA
Cada vez somos más los que opinamos que el indicador PIB como elemento del nivel de un país no es un indicador válido.
Las primeras referencias eran hasta no hace mucho el estado de Bután, un país que comenzó a valorar de forma seria y técnica el medir con otro indicador “El índice de felicidad”. Medir la evolución y progreso de su país con indicadores ligados, además de al desarrollo económico, con aspectos educativos, de salud, de sostenibilidad ambiental, de respeto y cuidado de los más débiles y un largo etcétera. Sonaba bien y además algo exótico ubicado en un pequeño país budista. Pareció más serio cuando el gobierno británico de Tony Blair, el cual hizo muchas cosas buenas aunque todas ellas tiradas por la borda con su participación a la guerra de Irak, comenzó a estudiar la incorporación de este tipo de criterios en la valoración de su país. Hoy muchos más estados lo están valorando, España entre ellos, e incluso la conservadora Unión Europea acaba de publicar un informe bien sustentado en este sentido. Parece que marchamos bien.
Hoy podemos ver de forma clara con nuevos datos que la situación de un país debe medirse con nuevas miras.
Estos días hemos conocido la confirmación oficial de una noticia que sabíamos desde agosto: la economía china es ya la segunda del mundo, solo por detrás de Estados Unidos, modificando un pódium en vigor desde 1968. China ha superado a Japón. No obstante, en términos de PIB per cápita, se expresa otra realidad bien diferente: según el FMI, el de China ascendió a 4.283 dólares en 2010, ocupando la posición 95 en el ranking mundial, frente a los 42.325 dólares de Japón, diez veces superior al de China. Es un hito para China, pero distorsionante en extremo. China ha superado a Japón en algo más de 400 millones de dólares en valor bruto del PIB.
Las cifras: el PIB Chino es de 4,4 billones de dólares de valor bruto frente al japonés de 4 billones. Parece claro: China supera a Japón. La renta per capita de un japonés es ¡diez veces superior a un chino!. La población china a su vez es 10 veces superior numéricamente a la japonesa. Un país es más rico que otro, pero sus ciudadanos son 10 veces más pobres.
Creo que es un buen ejemplo para valorar. Si además incluimos otros valores como la libertad, la democracia, el respeto a los derechos humanos y un largo etcétera; preferiría ser japones; aunque la verdad es que me gusta más aún ser español.
Debemos valorar la situación de un país con otros ojos, con otros valores que los meramente economicistas. Porque cambiar una sociedad a un modelo más socialdemócrata donde las personas son, no podría ser de otra manera, el eje central; exige medir y valorar de otra persona. Política en la hoja de Excel.
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