Nacho Duato no necesita presentación, pero por si acaso: bailarín y coreógrafo en las mejores compañías del mundo (American Ballet Theatre, Ballet de la Ópera de París, Ballet de la Ópera de Berlín, Ballet de San Francisco o el Royal Ballet entre otros) y director artístico de la Compañía Nacional de Danza durante 20 años, donde apostó por la danza contemporánea frente a otras disciplinas más clásicas, lo que tal vez explica su polémica salida de la institución en 2010.
Esta pequeña pieza dentro de la serie que le dedicó al compositor Johann Sebastian Bach es una cápsula concentrada de belleza y elegancia, que asombra por su capacidad para transformar un objeto en movimiento. Lo peor, el título: Multiplicidad. Formas de Silencio y Vacío.
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