¿Quizás sea hora de imitarlos?
Hace unos días se conmemoró el Día Internacional de la Felicidad y es bueno explicarlo explicando sus orígenes. Porque si bien es una fecha que conmemoramos hace apenas un par de años, no podemos negar que sería bueno recordarla más a menudo. Porque una sociedad en la que las quejas y los enojos se repiten más que las sonrisas… Necesita fechas como estas.
El Día Internacional de la Felicidad fue instituido el 28 de junio del 2012 por la Asamblea General de las Naciones Unidas y celebrado por primera vez el año 2013. La ONU proclamó esta conmemoración gracias a una iniciativa del Reino de Bután, el país más feliz de Asia. Bután, un país ubicado en la cordillera del Himalaya, considera este sentimiento como el más importante indicador de desarrollo.
Jigme Singye Wangchuck, rey de Bután en 1972, propuso el término Felicidad Interna Bruta (FIB); un indicador que mide la calidad de vida en términos más psicológicos que el Producto Interno Bruto (PIB). Según eso, la felicidad de los habitantes de un lugar sería un buen indicador de desarrollo, tan bueno (o más) como su economía.
“El mundo necesita un nuevo paradigma económico que reconozca la paridad de los tres pilares del desarrollo sostenible: el social, el económico y el medioambiental. Juntos definen nuestra felicidad global”.
Y si bien el concepto parece un poco ambiguo, tiene una base sólida: a la hora de evaluar la calidad de vida de una población, los valores subjetivos como el bienestar son más relevantes e importantes que los valores objetivos como el consumo. Bután es, efectivamente, un país feliz, pero porque su concepto de felicidad no se basa en cosas materiales. Los butaneses quieren avanzar en su desarrollo, incluso a costa de un crecimiento menor o muy pequeño. En cierta forma, sus pretensiones (tanto turísticas como económicas y políticas) son menores y es por eso que pueden sentirse tranquilos, felices y en paz con su forma de vida.
Algunos de los aspectos que defienden con convicción son: el bienestar psicológico, el uso del tiempo, la vitalidad de la comunidad, la cultura, la salud, la educación y la diversidad medioambiental. En definitiva, que Bután es el primer país del mundo en instaurar políticas públicas que velen directamente por la felicidad de sus habitantes. Y algunas de estas sonrisas lo avalan:
Para reconocer su esfuerzo, la ONU decretó el Día Internacional de la Felicidad, reconociendo la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno.
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